Por Oswaldo Guerra
La foto data de principios del siglo XX. Muchas aguas han corrido desde entonces, y la torre sigue ahí a través de los años, a pesar de los rayos y centellas.
La Torre Eiffel (Tour Eiffel, en francés), inicialmente nombrada torre de 330 metros (tour de 330 mètres), es una estructura de hierro pudelado diseñada por el ingeniero francés Gustave Eiffel y sus colaboradores para la Exposición universal de 1889 en París.
Situada en el extremo del Campo de Marte a la orilla del río Sena, este monumento parisiense fue el noveno lugar más visitado del país en 2006 y el primer monumento de pago más visitado del mundo con 6.893.000 de visitantes en 2007. Con una altura de 300 metros, prolongada más tarde con una antena a 325 metros, la Torre Eiffel fue el edificio más elevado del mundo durante más de 40 años, hasta que la superó el edificio Chrysler, de Nueva York, en 1930.
Fue construida en dos años, dos meses y cinco días en controversia con los artistas de la época, que la veían como un monstruo de hierro. Inicialmente utilizada para experimentos científicos, hoy sirve, además de atractivo turístico, como emisora de programas radiofónicos y televisivos.
Símbolo de Francia y su capital, y paradigma de permanencia y renovación, esta atrayente y majestuosa torre tiene la magia y el poder de la luz. Las tinieblas han palidecido ante su imponente presencia.
Atracción de luz y pensamiento positivo ante la adversidad, así deberían ser nuestras mentes, para ser en nuestras vidas cual similitud a esta torre que se empina en terreno firme.
Difiere mucho la Torre Eiffel, de aquella otra que se comenzó a construir en 1173 por el renombrado arquitecto Bonano Pissano, o sea, la Torre de Pissa que desde su origen, hace ya más de 800 años, viene inclinándose una fracción de pulgada cada año sin derrumbarse.
Noventa años más tarde, otro arquitecto le añadió a la torre tres pisos y medio más. Desde ese momento comenzó a inclinarse. La torre está condenada a seguir inclinándose y si no se toman medidas efectivas y urgentes podrá colapsar en algún siglo venidero. La explicación de por qué se inclina es que fue construida sobre un terreno flojo y lodoso. Por ello se hunde en un terreno que no es firme.
La solución ideal es fortalecer los cimientos que sostienen esta estructura de nada más y nada menos que 14.500 toneladas.
Evita ir por la vida edificando sobre falsos cimientos, al estilo de la Torre de Pissa, no vaya a ser que tu construcción se venga abajo de un momento a otro como castillo de naipes. Evita una caída inminente, atrae a tu vida poderosos pensamientos firmes como roca, que serán los arquitectos de tu existencia. Todo es mente.
