Por Oswaldo Guerra
Un comentario realizado por Gustavo Puentes -un estudioso de temas de New Age y de espiritualidad en general, también conocido por Ganesha- al artículo que aparece en este blog titulado Viviendo un Eterno Presente me motiva a escribir esta semana.
Así que amigo Ganesha la motivación ha sido tal que he decidido responder tu comentario con este post. Gracias por tus palabras y por traer a mi mente la frase del poeta José Martí: “Honrar honra”.
José Martí, nacido en La Habana, Cuba, en 1853 dejó como legado una extensísima obra donde su brillante pensamiento abarcó una infinidad de temas con un dominio y una exposición asombrosa. Su profunda espiritualidad y su fina sensibilidad le permitieron plasmar en su literatura ideas que desde una mirada metafísica ofrecen una multiplicidad de lecturas con edificantes mensajes para el crecimiento espiritual y el mejoramiento humano.
“Honrar honra” es una frase martiana que tiene una diáfana conexión con ese perfecto ciclo que es el de dar y recibir, solo reconociendo seremos reconocidos, solo dando recibiremos. No solamente honremos a personas dignas de honra, si honramos y tenemos en buena estima pensamientos, sentimientos y cualidades de eso también tendremos más en nuestras vidas.
Si honramos y valoramos el amor, la alegría y albergamos en nuestra mente pensamientos afines estamos generando una vibración magnetizada en el terreno esotérico y como resonancia la ley universal de la atracción nos generará más amor y alegría aumentando el nivel de vibración, atrayéndonos ganancias y creando algo así como un ciclo donde cuanto más tenga mas tendrás para ofrecer a los demás que a su vez también tendrán más para dar y el ciclo continuará en espiral y sucesivamente.
Martí es autor del poemario Ismaelillo dedicado a su hijo José Francisco, pequeño volumen que viera la luz en 1882 como anunciación de la nueva poesía en el continente americano y de una elevada calidad lírica y humana. Ismaelillo es el primer libro de versos escrito y editado por Martí. Me atrevo a afirmar que pocos libros –si es que existen- podrían competir con esta significativa obra donde un magnánimo padre vuelca todo el amor que siente por su hijo y esa ternura infinita, ese profundo amor le hace expresar:
Pudiera, yo hijo mío,
Quebrando el arte
Universal, muriendo
Mis años dándote,
Envejecerte súbito,
La vida ahorrarte!-
Más no: que no verías
En horas graves
Entrar el sol al alma
Y a los cristales!
En estos sentidos versos el poeta sabe que ni acudiendo a algo tan imposible como quebrar el arte universal le evitará a su hijo enfrentarse a las sombras de la vida. Su inmenso amor quiere la vida ahorrarle, pero es este mismo amor el que hace rectificar al poeta y reconocer que es este contraste lo que le permitirá ver y valorar a su adorado hijo la luz del mundo.
En este lenguaje lírico de Martí, estamos ante una transformación del sufrimiento, una conversión de la sombra en luz donde se reconoce a la luz en contraposición a su opuesto. Un viaje del sufrimiento a la realización, del “fracaso” al éxito donde Martí expresa que en “horas graves” el sol entrará al alma.
El poeta deja entrever la forma de trabajar del universo y sabe que todo sucederá, él no será obstáculo en el natural transcurrir de la vida en referencia a su hijo, manifestando su creencia en un futuro convencimiento y despertar de Ismaelillo. En la introducción del poemario el poeta plasma su “…fe en el mejoramiento humano, en la vida futura, en la utilidad de la virtud…” y en su hijo.
En estos versos está implícito el todo a su tiempo, el error de la impaciencia y de apresurar los acontecimientos. La paciencia es virtud. En un instante de reflexión Martí se niega a envejecer súbitamente a su hijo y sabe que todo transcurrirá de un modo determinado acorde a leyes universales.
Las ideas y sensibilidad cristianas laten en el espíritu del escritor en su manifestación limpia y única. Si observas detenidamente la foto que acompaña este artículo ves la naturalidad en la pose, su espaciosa frente, su rostro triste y unos ojos rasgados y grandes por donde brota la luz de su alma, delatando su aliento, su dulzura y esa infinita entrega que no busca recompensas.
Martí es considerado por sobradas e indiscutibles razones el más universal de los poetas cubanos y eminente figura de las letras en Hispanoamérica y del mundo con una obra también en prosa de altos quilates.
